Esta gráfica muestra la evolución de la renta per cápita en España desde el año 1277 hasta 2022, ajustada a dólares constantes de 2011.
Se observa que durante siglos, entre 1300 y aproximadamente 1800, la renta per cápita apenas tuvo cambios significativos, manteniéndose en niveles similares con algunas fluctuaciones. En particular, resalta que en 1850 el nivel de ingresos era similar al de 1550, lo que sugiere un largo periodo de estancamiento económico.
A partir del siglo XIX, y especialmente en el siglo XX, la renta per cápita comenzó a aumentar de manera sostenida, con un crecimiento acelerado desde la segunda mitad del siglo pasado hasta la actualidad. Este fenómeno refleja la modernización económica de España, impulsada por la industrialización, mejoras en la productividad, apertura al comercio y avances tecnológicos. El crecimiento más pronunciado se da desde la segunda mitad del siglo XX, con la consolidación de España como una economía desarrollada.
Esta tabla muestra el crecimiento anual del PIB per cápita en España entre 1868 y 2023, desglosado por diferentes regímenes políticos. Se observa que el mayor crecimiento se produjo durante el franquismo (1939-1975) con un aumento del 4,4% anual, coincidiendo con el llamado "milagro económico español" de los años 60. En contraste, la Segunda República (1931-1935) registró un decrecimiento del -0,7%, reflejando la inestabilidad económica y política de la época.
En los periodos más recientes, la democracia actual (1975-2022) ha mantenido un crecimiento del 2,2% anual, similar al del Sexenio Democrático (1868-1874), pero superior a la Restauración borbónica (1875-1923) que tuvo un 0,9% anual. Esto indica que, aunque el crecimiento ha sido estable en democracia, no ha alcanzado los niveles de la época franquista. Sin embargo, estos datos deben interpretarse en su contexto histórico, considerando factores como la industrialización, globalización y estabilidad política.
Esta gráfica muestra la evolución del PIB per cápita en España desde 1960 hasta 2023, en dólares constantes de 2015. Se pueden identificar cuatro etapas clave: el "Desarrollismo franquista" (1960-1975), donde España experimentó un fuerte crecimiento económico gracias a la industrialización y la apertura parcial al comercio; la "Crisis industrial" (1975-1985), donde el crecimiento se desaceleró debido a la crisis del petróleo y la reconversión industrial; la "Convergencia con Europa" (1985-2008), marcada por la modernización económica y la integración en la UE, lo que permitió un crecimiento sostenido; y el "Estancamiento secular" (2008-presente), donde el PIB per cápita se ha mantenido prácticamente estancado con fluctuaciones causadas por la crisis financiera de 2008 y la pandemia de 2020.
El periodo de mayor crecimiento se produjo en los años 60 y principios de los 70, coincidiendo con las políticas de industrialización del franquismo. Sin embargo, desde la crisis financiera de 2008, la economía española ha mostrado signos de ralentización, con un crecimiento mucho más débil en comparación con etapas anteriores. Esto refleja los desafíos estructurales actuales, como el envejecimiento de la población, la baja productividad y la dificultad de generar nuevas fuentes de crecimiento sostenido.
Esta gráfica muestra el PIB per cápita de los países de la Unión Europea en 2023 en euros constantes. Luxemburgo e Irlanda lideran el ranking con cifras muy superiores al resto. España se sitúa en el puesto 14 de 27 países, con un PIB per cápita de 27.150 €, por debajo de la media de la UE, que es de 33.280 €. Esto indica que España tiene un nivel de ingresos inferior al promedio europeo, quedando por detrás de países como Italia, Malta y Chipre.
Por otro lado, los países con menor PIB per cápita son Bulgaria (10.970 €) y Rumania (13.030 €), lo que refleja la disparidad económica dentro de la UE. Aunque España no está entre los países con menor renta, su posición en la parte media-baja del ranking muestra que aún tiene un camino por recorrer para alcanzar a las economías más avanzadas de la región, como Alemania (42.780 €) o Francia (37.570 €). Estos datos pueden explicarse por diferencias en productividad, modelo económico y factores estructurales que afectan al crecimiento.
Esta gráfica compara la evolución del PIB per cápita de España con el de la Unión Europea entre 2018 y 2023, tomando 2018 como base (100). Se observa que ambos indicadores crecieron ligeramente hasta 2019, pero en 2020 sufrieron una fuerte caída debido a la pandemia de COVID-19, siendo España la más afectada con un descenso mayor al de la media de la UE. Esto se debe, en gran parte, a la alta dependencia del turismo y a las restricciones que impactaron gravemente sectores clave de la economía española.
A partir de 2021, tanto España como la UE comenzaron a recuperarse, aunque la recuperación en España ha sido más pronunciada. Sin embargo, en 2023, el PIB per cápita de la UE supera el nivel de 2018 en un 5,08%, mientras que el de España lo hace en un 1,99%, reflejando que, aunque la economía española crece en términos absolutos, lo hace a un ritmo más lento en comparación con la media europea. Esto indica que España aún tiene dificultades para alcanzar el nivel de crecimiento de sus socios europeos en términos per cápita.