La Riqueza de las Naciones es un tratado de economía en el que se abordan temas inmemoriales y atemporales. Smith ataca problemáticas que nos siguen quitando el sueño en la actualidad: desde la causa de por qué algunas naciones sean más prósperas que otras hasta el rol del soberano en asuntos económicos. Smith nos habla de temas tan vivos en la ciencia económica como la naturaleza del capital y su relación con el trabajo y de la razón por la que algunas personas obtienen más ingresos que otras.

Es muy raro encontrar a un autor del siglo XIX que tocara temas económicos o sociales y que no reclamara ser seguidor o crítico de Adam Smith. La autoridad del autor escocés era constantemente invocada entre los círculos intelectuales de la época victoriana. Por ejemplo, en los encendidos debates monetarios que ocuparon la totalidad del siglo XIX en Gran Bretaña, todos los autores citaban a Adam Smith como fuente de autoridad.

En definitiva, estudiar a Smith es mirar al alma de los economistas. Incluso aquellos economistas que nunca han leído a Smith han recibido la herencia de una disciplina que creó el genial autor escocés. No hay nada mejor que acudir a los orígenes de una disciplina para entender su presente. Por tanto, estudiar a Smith es un punto de partida genial para empezar a estudiar economía.

Adam Smith fue mucho más que un economista, sé como Adam Smith. La visión integral del mundo de Adam Smith le permitió ser un pionero en la disciplina económica. Smith inició un camino que nadie había recorrido antes que él y que muchos recorrieron después. Se suele conocer a Adam Smith como el primer economista de la historia o como el primer gran sistematizador de la economía. Siendo esto cierto (con el permiso del mucho menos conocido autor Richard Cantillon), Smith fue mucho más que un simple sistematizador.

A pesar de que Smith ha pasado a la historia como un defensor del “capitalismo salvaje” y sin límites, el célebre autor escocés se interesó primero por describir los principios morales que guían al ser humano. Sus ideas en esta materia se plasmaron en su Teoría de los sentimientos morales, publicada en el año 1759, 17 años antes de la publicación de su célebre La Riqueza de las Naciones. Smith nunca hubiera estado a favor de la pintoresca y sesgada caracterización del mercado como un sistema en el que el pez grande se come al pez pequeño.

Las inquietudes intelectuales de Adam Smith fueron todavía más amplias. Smith fue uno de los autores más destacados de la ilustración escocesa (junto a autores de la talla de David Hume o Adam Ferguson). Los ilustrados escoceses, a diferencia de sus colegas continentales, creían que la razón humana distaba mucho de ser todopoderosa, por lo que el conocimiento sobre qué funciona o no, insertado en las instituciones sociales como la moral o el derecho, es tanto o más importante que la razón a la hora de establecer los fundamentos sobre los que ordenar una sociedad.

A pesar de todo, Adam Smith pasaría a la historia por su célebre sistematización económica contenida en La Riqueza de las Naciones, obra escrita en el año 1776. Curiosamente, también en 1776 se publica la Declaración de Independencia de los Estados Unidos de América. Parece que 1776 fue un buen año para las ideas de la libertad.

Es evidente que Adam Smith no recibe el apelativo de ser el primer economista por ser el primero que teorizaba sobre asuntos económicos (desde la antigua Grecia podemos encontrar textos que abordan asuntos económicos). Adam Smith recibe el honor de ser considerado el primer economista por ser un pionero a la hora de abordar específicamente asuntos económicos en un tratado que pretende ser omnicomprensivo (aunque Richard Cantillon posiblemente se adelantó algunos años a Smith en este logro).

Por tanto, Smith es un genial punto de partida, pero es un mal destino final. En consecuencia, este curso de lectura de La Riqueza de las Naciones es para ti si crees que:

• Lo nuevo no siempre es mejor que lo antiguo
• No hay respuesta sencilla para problemas complejos
• El dominio de cualquier materia requiere de un aprendizaje constante

Impartido por

Daniel Fernández, doctor en economía por la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid, será el encargado de impartir este seminario. Daniel aspira a ser un polímata al estilo de Adam Smith o Frederick Hayek. Como recordaba Mises, ser un economista implica ser capaz de dominar muchas materias que no son estrictamente económicas pero que delimitan el objeto de estudio de la propia economía. Actualmente, es profesor en la Universidad Francisco Marroquín en Guatemala y en la Universidad de las Hespérides en España. Además, Daniel tiene su propio canal de YouTube como divulgador de contenido relacionado con el liberalismo clásico.