Un informe del Centro Peter Huber desvela que el desequilibrio entre la generación solar y la reducción de fuentes que aportan estabilidad al sistema eléctrico provocó el “cero” energético
Canarias, 30 de abril de 2025.— El apagón del pasado 28 de abril, el mayor registrado en España y Portugal, se debió a una vulnerabilidad estructural provocada por el desequilibrio entre la intensa generación solar y la caída de fuentes que aportan inercia al sistema, como la nuclear, el gas y la hidráulica.
Así lo afirma el recién creado Centro Peter Huber, de la Universidad de las Hespérides, que ha publicado un informe que analiza las causas de lo sucedido y demuestra que la confluencia de una generación solar muy elevada y la escasa presencia de tecnologías síncronas creó una situación de fragilidad. En estas condiciones, un incidente localizado pudo expandirse rápidamente hasta desencadenar el colapso generalizado.
Bajo la coordinación de los investigadores Daniel Fernández Méndez, Manuel Fernández Ordoñez y Gabriel Calzada Álvarez, el estudio afirma que el sistema eléctrico español “está mostrando señales de fragilidad en 2025 porque hemos desatendido advertencias fundamentadas sobre los riesgos asociados a la implementación masiva de energías intermitentes asíncronas como la solar».
Los acontecimientos recientes “demuestran que esos riesgos ya no son una previsión futura, sino una realidad presente», como sucedió el pasado lunes a las 12:33 horas, cuando el sistema eléctrico peninsular experimentó una caída, dejando sin electricidad a millones de ciudadanos, evidenciando la limitada resiliencia de la red actual. Los protocolos de emergencia aplicados fueron inéditos en la historia del operador del sistema eléctrico, y la recuperación total del servicio requirió varias horas.
Entre las principales conclusiones del informe destacan la urgente necesidad de reforzar la capacidad de almacenamiento energético, la importancia de desarrollar sistemas de respuesta dinámica del mercado para absorber la intermitencia renovable, la revisión de los incentivos que actualmente desincentivan la participación de tecnologías con inercia física y el diseño de mecanismos de demanda gestionable que alineen el consumo con los periodos de máxima generación limpia.
El Centro Peter Huber, nombrado en honor al destacado pensador que acuñó el término «junk science» en su influyente obra Galileo’s Revenge (1991), ha sido creado con la misión de investigar y divulgar propuestas de política energética, al combinar un enfoque económico al campo de la energía, con el fin último de analizar y proponer reformas legislativas que incentiven la innovación, la responsabilidad y la solvencia en el área energética. En última instancia “buscamos proponer reformas que permitan multiplicar el florecimiento humano en armonía con el entorno que lo rodea”.