Turismo y vivienda en Canarias: ¿Falsos enemigos? Un informe cuestiona las restricciones al alquiler vacacional del Proyecto de Ley.
The Centro Ruth Richardson de la Universidad de las Hespérides ha publicado su primer informe, titulado “Turismo y vivienda en Canarias: ¿amigos o enemigos?”, dirigido por el economista Daniel Fernández Méndez. El informe llega en un momento clave, con el Proyecto de Ley de Ordenación Sostenible del Uso Turístico de Viviendas en trámite parlamentario, una norma que busca restringir el alquiler vacacional para aliviar la crisis habitacional en el archipiélago.
El Proyecto de Ley atribuye el encarecimiento de la vivienda al crecimiento del turismo, argumentando que el alquiler vacacional reduce la oferta residencial. La nueva normativa pretende reconvertir parte de estas viviendas turísticas en residenciales para moderar precios. Sin embargo, el informe del Centro Ruth Richardson cuestiona esta premisa y aporta datos que obligan a replantear el enfoque legislativo.
“Las causas principales del incremento del coste de la vivienda obedecen, sobre todo, a la limitada construcción de nuevos inmuebles y a barreras normativas que frenan la expansión del suelo urbanizable y la densificación urbana”, sostiene el documento.
“La solución más efectiva pasa por agilizar la construcción, aumentar el suelo urbanizable y permitir mayor densidad en núcleos urbanos, en lugar de limitar el turismo”, explicó Daniel Fernández durante la rueda de prensa.
El análisis de los datos nos muestra que la construcción de viviendas en las Islas se encuentra estancada, con un crecimiento del stock de apenas un 0,7% anual entre 2020 y 2023. Esta cifra contrasta con el aumento de la demanda, impulsada por la creación de nuevos hogares y el crecimiento demográfico.
Uno de los factores que explican esta situación es la restrictiva regulación del suelo en Canarias. En Las Palmas de Gran Canaria, el municipio más poblado del archipiélago, el 67% del suelo está clasificado como no urbanizable. Esta limitación, sumada a las normas que impiden aumentar la densidad de construcción incluso en zonas urbanas, estrangula la oferta de nuevas viviendas. Contrariamente a lo que se cree, la expansión del alquiler vacacional no parece ser la causa principal de la subida de precios en la mayoría de los municipios canarios. Los datos sugieren que existe una correlación débil entre el turismo y el precio de la vivienda, y que el alquiler vacacional se concentra en zonas de baja densidad y con tradición turística.
Además, algunas de las leyes que han pretendido proteger a los inquilinos han tenido un efecto contraproducente. Al aumentar su protección, se ha generado inseguridad jurídica para los propietarios, quienes han optado por trasladar sus viviendas al mercado turístico, donde sienten que tienen mayor control ante posibles impagos.
A juicio de los autores, limitar la vivienda vacacional no es una solución efectiva si no se abordan las restricciones a la construcción, la regulación del suelo y la necesidad de generar un marco jurídico que equilibre los derechos de inquilinos y propietarios.
“El turismo es un pilar económico irrenunciable para Canarias. Demonizarlo no resolverá la crisis de vivienda. Necesitamos políticas que permitan construir más, no menos”, afirmaron.