Turismo y vivienda en Canarias: una relación amor-odio
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Decía Groucho Marx que la política es el arte de buscar problemas, encontrarlos, hacer un diagnóstico falso y aplicar después los remedios equivocados.
En este artículo vamos a argumentar que el gobierno canario ha implementado la perfecta política grouchomarxista en el ámbito de la vivienda turística.
Los políticos canarios encontraron un problema: la vivienda
Muy al estilo de Groucho Marx, la política canaria encontró (o creó) un problema: la vivienda residencial.
La Ley de Vivienda Vacacional en Canarias pretende solucionar un problema que, aunque afecta a toda España, realmente afecta en mayor medida al archipiélago canario: el precio de la vivienda crece sin parar y, como consecuencia, la accesibilidad a la misma por parte de la población local se ve mermada.
Como se puede ver en el gráfico, los precios de la vivienda en Canarias han crecido muy por encima de la media nacional desde el año 2020.
El diagnóstico falso: el turismo es el culpable
El segundo paso de toda buena política grouchomarxista es realizar un diagnóstico falso. El gobierno de Canarias culpa, casi en exclusiva, al crecimiento de la vivienda turística como problema fundamental de la escalada de precios.
El problema es que la evidencia que sostiene esta afirmación es, en el mejor de los casos muy débil y, en el peor de los casos, totalmente inexistente.
¿Cuál es el dignóstico alternativo?
La relación alternativa, y que es sostenida de manera mucho más sólida por la evidencia empírica disponible, es que Canarias sufre un déficit crónico de vivienda con relación a la demanda de la misma.
El déficit habitacional de Canarias es el mayor de España desde el año 2021.
Adicionalmente, este déficit habitacional canario no es algo nuevo, sino que existe desde hace décadas.
Por tanto, es la escasez de vivienda la que genera precios altos y la caída en la accesibilidad a la vivienda por parte de la población canaria.
Aplicando el remedio equivocado: restringir los alquileres turísticos
El último gran paso de toda política grouchomarxista es implementar una solución que no funciona. En el ámbito que nos atañe esta solución equivocada es la restricción del alquiler turístico.
Si el alquiler turístico no tiene la culpa del crecimiento en el precio de la vivienda no podemos esperar que su restricción solucione el problema del precio de la vivienda.
Si se quiere solucionar el problema lo propio sería implementar una política basada en un diagnóstico correcto. En este caso, la solución que probablemente generaría un buen resultado sería el incremento en la construcción de nueva vivienda. El propio legislador canario establece que se necesitan unas 7000 viviendas para solucionar el déficit habitacional. La pregunta es si el sector de la construcción canario puede afrontar este reto y la respuesta es un rotundo sí tal y como puede verse en el siguiente gráfico.
Conclusión
Por tanto, el poder político canario, en en el ámbito de la vivienda turística, ha implementado la perfecta medida grouxomarxista:
Los políticos canarios crearon un problema (escasez de vivienda), hicieron un diagnóstico falso (se culpó al turismo) y, por último, están aplicando el peor remedio imaginable (restricción del alquiler turístico).